En un deporte tan multidisciplinar como el nuestro, y con temporadas cada año más largas, la pretemporada es un momento perfecto para salir de nuestra zona de confort, introduciendo nuevos estímulos, que nos permitan no perder el foco y seguir trabajando en la dirección correcta, así como liberar un poco de carga mental acumulada tras una larga temporada. Para ello, el triatlón de invierno puede convertirse en una herramienta perfecta y, ante la imposibilidad de entrenar en nieve, tener un pasado esquiador puede llegar a ser suficiente para disfrutar de esta disciplina.
La temporada arrancaba con una de las pruebas más importantes, el Triatlón de invierno Valle del Roncal, clasificatorio para el mundial que se disputaría semanas después en Andorra y que daba plazas directas a los dos primeros clasificados y, donde Mikel finalizaba en tercera posición, rozando las preciadas plazas.
Como viene siendo normal en este tipo de disciplinas y a lo largo de la pretemporada, la forma va subiendo semana a semana y se va creando soltura durante las pruebas. La siguiente parada era el Triatlón Blanco de Reinosa, prueba que también sería Campeonato Regional de varias comunidades y en la que Mikel dominaría de principio a fin, marcando el mejor parcial en cada una de las disciplinas y haciéndose con la victoria y el título de campeón de Euskadi de triatlón de invierno.
Por último, llegaba el momento del nacional, la prueba A de esta pequeña temporada, donde las ideas estaban bien claras, ir a por todo, buscando una escapada desde la primera carrera a pie y poder mantener la diferencia sobre las dos ruedas junto a Fernando Zorrilla con el fin de llegar arriba con un margen suficiente como para luchar por todo. El trabajo estaba hecho, y por un momento, todo iba sobre el papel, hasta que una dura caída en bici echaba al traste las opciones. No obstante, nos caemos para levantarnos, y eso es algo que el deporte nos enseña constantemente, levantarse y luchar, y eso es lo que hicimos para finalizar en 5ª posición.
Una temporada corta, pero intensa.
Volveremos a por más.